Monopolio creativo e imaginativo. El caso Google.
Se entiende por monopolio una situación anómala del mercado en el que hay un único oferente y múltiples compradores.
Bajo esa situación el monopolista maneja un enorme volumen del negocio, la totalidad, y lo puede hacer con el margen de beneficio casi tan grande como quiera.
Los monopolios que veíamos hasta hora eran monopolios impuestos, en el que el Estado adjudicaba a una empresa unos servicios que requerían unas ingentes inversiones. Compañías aéreas, eléctricas, telefónicas, ... La situación de monopolio que imponían al mercado se ha visto como una clara anomalía que ha perjudicado a los consumidores pero también al propio crecimiento de los sectores implicados y por ende de la economía. Por eso en Europa se ha optado por liberalizar incluso los mercados estratégicos de los países miembros.
La situación actual es otra. El sector y el agente también. ¿Qué pasa cuando una empresa ostenta un monopolio creativo e imaginativo?. Ese es el estado que muchas empresas desean alcanzar. Alcanzar una excelencia creativa y de innovación tecnológica tal que abrume al resto. Pero evidentemente ese caso no se había dado antes o mejor dicho, se da frecuentemente pero por tiempos limitados.
Cuando una empresa es tan superior al resto en un determinado sector esa empresa se convierte en monopolista. Ese monopolio de creación e innovación también se traduce al plano económico y por tanto se produce una anomalía.
Que una empresa lo haga tan bien y durante tanto tiempo, aunque parezca paradójico, no es bueno y la pregunta que cabe hacerse es porque ocurrió eso y porqué ocurrió en el negocio de Internet. Evidentemente la respuesta es que en el mercado hay anomalías o circustancias que llevaron al mercado a ser imperfecto.
Revertir una situación de estas llevará tiempo a pesar de que puedan aparecer nuevos competidores con ideas tan buenas o mejores que las de Google, porque a estas alturas del cuento ¿qué inversor invierte en un buscador?
0 comentarios:
Publicar un comentario