viernes, enero 13, 2006

La dignidad de la victoria en la lucha por las libertades

Ha tenido que ser la película Lutero la que me haya hecho comprender mejor el concepto de libertad religiosa. Lutero no fue el primero pero su trascendencia radica en el pulso ganado a Roma (otros muchos con planteamientos religiosos próximos y anteriores en el tiempo fueron quemados en la hoguera).

Echó un pulso a la Santa Sede en la Edad Media y lo ganó. Fue una de las primeras luchas por la libertad ganada de ahí su enorme importancia. La victoria de las libertades individuales y colectivas, como la de Lutero, nos permite hoy disfrutar de la democracia. No hay que olvidarlo. Ni tampoco la dignidad de cada pequeña conquista.

Parecía un loco, la Santa Sede creyó que solo era un borracho pero realmente resultó ser un padre para todos nosotros, amén de no tener porque ser ni luteranos ni reformistas ni tan siquiera religiosos.

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