sábado, enero 14, 2006

La infructuosa búsqueda de Kerberos (--Relato de ficción--).

Era un caluroso día de verano. Yurgi había salido al balcón de su casa para acabar de leer los doce trabajos del héroe griego Hércules. Hoy leía el último trabajo de Hércules: la captura de Kerberos, el perro de los infiernos. A él esto de Kerberos le sonaba ya mucho de sus portales cautivos. Le estaba dando mucho que pensar. Él sentía a Kerberos presente. ¿Y si Kerberos estaría más cerca de lo que él creía?. Kerberos le podría ayudar a ir al paraíso no dejándole entrar en el infierno. ¡Había que hablar con Kerberos!.
Por aquel entonces Stephen Hawking ya había publicado su teoría acerca de las dimensiones del espacio y el rubio del balcón sabía perfectamente que eran once. Después de pensar se dijo. “La representación de once dimensiones es un representación matricial del espacio, lo que implica que para alcanzar una determinada posición en él, tendré que encontrarme en la situación de estados en la que se encuentre Kerberos”. El día anterior su amigo Dani le había comunicado el cambio en el sentido de giro de la tierra mientras se afeitaba. ¿Quizás sería un buen momento ahora?. ¡Necesitaba cambiar algo para llegar a Kerberos!. Después de pensar mucho y hacer unos cálculos sobre el libro de Hércules cogió el móvil y llamó a su jefe.
“Buenas tardes Di Pietro. Sabes que podría hoy alcanzar un acuerdo para después de muerto ir al paraíso”
“¿Pero qué dices?.¿Sueñas?”
“Mi madre dice cosas peores pero yo creo que ando en la pista buena”
“¿La reunión en el Ritz, no?”
“Oye que esto va muy en serio. Necesitamos capital de riesgo para construir un agujero que atraviese la tierra”
“Mejor que lo dejemos aquí me parece la tontería más grande que haya oído nunca. ¡Con el dinero no se hace el tonto!. Adiós”

Kerberos tenía que estar muy cerca. Yurgi no se había dado cuenta que la inversión espontánea había cambiado ocho estados del sistema tal como lo había anunciado una semana después el grupo de científicos liderado por Stephen Hawking.
Después de hacer más y más cálculos obtuvo en coordenadas esféricas la ubicación de Kerberos. Se había concluido que se encontraba en un lugar demasiado concreto. Las coordenadas daban un punto con una precisión de orden de magnitud de varios trillones de trillones elevado a trillón.

Parecía absurdo seguir, el orden de precisión y la magnitud de los átomos limitaban el éxito. Kerberos efectivamente estaba muy cerca de nosotros pero no eramos capaz de verlo. ¿Será la naturaleza tan sabía como para impedir que lleguemos a Kerberos?. ¿Existe otro universo detrás de los átomos protegido por la precisión?.

¡Qué delirio!

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